Columna

¿Por quién votar para presidente del Perú?

5 de junio de 2021
Elecciones 2021 - Perú

Por: Manuel Paz y Miño, filósofo y eticista

Este 6 de junio elegiremos a quién será el presidente o la presidenta del Perú durante los próximos cinco años entre Keiko Fujimori y Pedro Castillo.

Fujimori es presentada como la defensora de la democracia, la libertad, el progreso, la unión ciudadana, el neoliberalismo, el emprendimiento, por sus adeptos, y de la derecha y el empresariado corruptos por sus adversarios.

Y Castillo, como el abanderado andino de los trabajadores, los pobres, los oprimidos y los olvidados, por sus seguidores, y representante de la izquierda radical, el socialismo marxista desfasado, el comunismo ateo, totalitario y autoritario, el estatismo expropiador, la división y el odio entre peruanos, y el terrorismo que ahuyentará el capital extranjero y nacional, y traerá la miseria y el hambre, por sus enemigos.

Diversos líderes políticos tradicionales y casi todos los grandes medios de comunicación así como conspicuos periodistas nacionales e internacionales se han unido para apoyar a la hija del ex dictador vende patria y asesino o el mejor presidente que ha tenido el Perú, según sus críticos y seguidores respectivamente, acusada por la fiscalía de lavado de activos, a la que le acompaña un equipo técnico con exministros experimentados y exantagonistas acérrimos, que ha ofrecido el oro y el moro para ser elegida, pedido perdón por sus errores y jurado ante la Biblia defender las libertades democráticas; y a la vez también para cuestionar no solo las propuestas anti sistema para el país y los vínculos senderistas del partido del maestro rural cajamarquino, con un equipo técnico con algunos excongresistas y exfuncionarios estatales, sino también para atacar y burlarse de sus explicaciones limitadas y decires sencillos, contradictorios e imperfectos, como cualquier peruano promedio, sobre diversos problemas sociales, económicos y políticos. Paradójicamente esta debilidad es una de sus fortalezas ya que muchos peruanos se sienten identificados con él por eso mismo.

En definitiva, este domingo votaremos y elegiremos entre el Goliat del continuismo de un sistema que trajo un crecimiento económico para una minoría pero que fue desnudado por la pandemia mostrándolo como ineficaz, injusto, rateril e inhumano, y el David del inicio del cambio del sistema, deseado y apoyado por gran parte del voto de las provincias, para poder lograr una nueva Constitución, renegociar los contratos ley con las trasnacionales, y concretar en la realidad el lema “no más pobres en un país rico”.

¿Neoliberalismo versus comunismo?
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