Columna

¿Cuál izquierda?

31 de marzo de 2021

Por: Manuel A. Paz y Miño Conde, filósofo y exdocente universitario

Desde la disolución de la coalición de Izquierda Unida en 1995, no ha habido un nuevo gran frente que aglutine a la mayoría de los partidos políticos peruanos denominados progresistas, socialistas, comunistas, revolucionarios, marxistas, neo y posmarxistas.

Por eso, a las presentes elecciones presidenciales y congresales se presentan dos alianzas y un partido conocidos por muchos como de izquierda.

El más antiguo de los tres es el Frente Amplio, fundado en el 2010, siendo uno de sus miembros Tierra y Libertad, partido ecologista liderado ambos por su actual candidato presidencial Marco Arana, exsacerdote católico, sociólogo, activista ambientalista y congresista desde el 2016.

Luego está la coalición de Juntos por el Perú, creada en el 2017, teniendo entre sus miembros al partido Nuevo Perú, de tendencia socialista democrática, con su lideresa y actual candidata a la presidencia, Verónika Mendoza, psicóloga y elegida congresista en 2011 por Gana Perú, alianza con el Partido Nacionalista Peruano a la cabeza. En 2016 fue candidata presidencial por el Frente Amplio.

El partido Perú Libre lleva ese nombre desde el 2017 pero fue fundado originalmente como Movimiento Regional Perú Libre en el 2007. Lleva como candidato al educador y ex dirigente magisterial Pedro Castillo, quien candidateó sin éxito para una alcaldía por el ya extinto partido Perú Posible.

Como nadie piensa, siente y quiere exactamente igual que los demás, siempre habrá desacuerdos. Pero cuando se trata del futuro de un país, una nación y sus millones de habitantes, las ambiciones y vanidades personales deben ser puestas a un lado para gente que se dice de izquierda nacionalista, humanista, progresista y popular. Para eso es imprescindible el diálogo con empatía y respeto, y buscar los puntos que más se tienen en común antes que las diferencias anecdóticas y de discurso ideológico, a menos que haya otros intereses subalternos más poderosos.

Si ninguno de los tres grupos políticos que se presentan a estas elecciones pasara a la segunda vuelta para elegir al o a la presidente de la República, eso deberá llevar a reflexionar a sus dirigentes para buscar una alianza de izquierda tanto moderna como democrática, “sin calco ni copia”, una que tome en cuenta a los peruanos de “todas las sangres” ya que “el que no tiene de inga tiene de mandinga”.

Una alianza que: propicie el cambio a una Constitución humanista y nacionalista; les permita no solamente el voto sino también les dé voz y protección a los ciudadanos del país, con trabajo digno, y salud y educación de calidad, que no los desampare a su suerte en esta época de pandemia; renegocie los contratos multimillonarios con las diversas trasnacionales que hacen de las suyas con nuestro país; haga fructificar la tierra; estimule una ciencia y una tecnología propias; en suma, una coalición que traiga progreso y bienestar para el Perú.

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