Columna

El Gobierno que queremos el 28 de julio

6 de mayo de 2021

Por: Lucas Z. Granda

                Los gobiernos permanecen en el Estado por una temporalidad de tiempo, con particularidades propias del grupo político que asume el poder bajo un proceso democrático de elecciones generales, estando legitimados para gobernar, encargándose de ver las obras públicas, contratos, presupuestos, imposición de funcionarios de confianza y decisiones políticas en el territorio bajo elites que operan en red de forma intima, colusiva y muchas veces corrupta que empiezan desde la presidencia.

                 Proyectando grandes intereses económicos con el Estado y las relaciones con políticos y funcionarios del gobierno, por ejemplo: El Perú ha sido uno de los países Latinoamericanos más afectados por la corrupción, donde Odebrecht hizo sus proyectos más grandes durante varios gobiernos.

                El gobierno representa al grupo organizado que tiene el poder democráticamente, repartidos en diferentes territorios sub-nacionales y provinciales, canalizando esfuerzos para lograr un desarrollo sostenible, encargados de planificar el territorio y generar cohesión en la sociedad, exigiendo una concepción más amplia a la gobernanza, que incluya a los sectores privado y cívico como coadministradores de la agenda pública.

                El gobierno es la configuración de un conjunto de herramientas que desde el enfoque sistémico e integral están dirigidas a gestionar lo público en base a un cuerpo de principios y valores inscritos en el bienestar de la gente, la responsabilidad y el desarrollo sostenible, fundamentándose en la transparencia, la rendición de cuentas, la participación ciudadana, las tecnologías, el acceso a la información pública, calidad en los servicios públicos, innovación y colaboración. Con miras a generar institucionalidad pública para la gobernanza democrática, colocando en el centro a la ciudadanía, a quien se le asigna un rol protagónico.

                El gobierno tiene el papel de limitar a las personas lo que no deben hacer, debiendo contribuir en la reforma social desde una posición ideológica que la lleve a la acción, apoyando con diversas instituciones al sistema capitalista, amparándose siempre en la armonía y la cooperación entre las clases, contribuyendo a la racionalización de la explotación, el imperialismo nacional e internacional y la desigualdad social.

                Tenemos que recordar los últimos acontecimientos que han pasado en los últimos gobiernos, para poder interiorizarlos dentro de nuestros argumentos y conocimiento de la historia reciente de la república que va a cumplir doscientos años. Recordar a Merino, recordar el golpe de Estado parlamentario, un congreso fujimorista obstruccionista que solo querían ver arder el país, las coimas por la vacunación de funcionarios, entre otros factores que debemos de fotografiar, escribir y recodar, sintiendo cuales son los caminos que debemos de promover dentro de la ciudadanía.

                Poner una agenda pública articulada desde la ciudadanía y vinculante para los tomadores de decisión, es una responsabilidad para esta segunda vuelta electoral.

La Biocracia como Modelo Humano
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